miércoles, 30 de julio de 2014


Su cara de sorpresa y angustia se solapaba al leer cada página de aquel guión. Repasaba los escritos anteriores e intentaba descifrar las virginales cuartillas venideras. Afinaba su vista pero era incapaz de adivinar qué sucedería. Ahora se dedicaba a asumir la desaparición de varios personajes de su historia, ya no compartirán más escenas, o quizá sí; ella aún no lo sabe.

A veces se da por vencida. No saber qué sentir le mata, le consume. Piensa en arrancar las hojas aún no escritas y dar por terminado el guión. Piensa en escribir con detalle cada una de esas páginas, en vencer el pánico al futuro en blanco. Piensa en marcharse lejos y desaparecer. Piensa en esperarle a la salida del trabajo y seguirle hasta casa. Le abraza cada noche aunque él no lo sepa, aunque él no quiera saberla.

El dolor en el pecho se extiende hasta el estómago y encoge su, ahora más frágil, cuerpo. Le duele. Se duelen. Le quiere. Se quieren. (Foto: Henri Cartier Bresson)

sábado, 26 de julio de 2014

Hay tormenta

Me dedico a matar cucarachas cada día. Testigos de la mala conciencia. Insistentes. Dicen que salen más cuando hay tormenta. Muchas. Rápidas. Repugnantes. Y son días de esos. No hay paraguas invencibles ni cuerpos impermeables. Solo puedo esperar que llegue el día en que no aparezcan, y el día en que mi cuerpo empapado retome aquel calor. (Foto: Francesca Woodman)

domingo, 15 de abril de 2012


.bcn.sola.

domingo, 18 de marzo de 2012


Yo sé estar sola. Yo sé ir a trabajar, volver a casa y no pensar en nadie. Sé hacer que pasen las semanas y no echar de menos. Sé comprar un tomate, una cerveza y una entrada de cine. Yo sé estar sola. Sé pasear dando vueltas sin saber dónde diré "ya he llegado". Sé "sonreír" a quien me dice algo cuando ve que estoy sola. Yo sé no sentir envidia por la gente que pide siete cervezas y brinda. Yo sé no extrañar las conversaciones y no me hacen daño las carcajadas ajenas. Yo sé mirar a los demás y decirles "sí, estoy sola". Yo sé llegar a casa y no contar a nadie que me volvieron a hacer repetir el recetario. Puedo no llamarte si yo quiero. Puedo no esperar que me llames ni me preguntes cómo fue el día. Yo puedo con esto y con mucho más.














¿Yo puedo estar sola?

domingo, 4 de marzo de 2012


Ella nunca se cansaba de esperarle, aunque el té doliera frío en la garganta.

domingo, 12 de febrero de 2012



(Foto:Pi / bcn12)

Es increíble la capacidad que tienen algunas cosas cotidianas de hipnotizarnos. Mírala una sola vez, y regresarás del viaje cuando ella termine el centrifugado.

http://www.youtube.com/watch?v=CcjqdHzI-sM

jueves, 27 de octubre de 2011

Con la imaginación suelta



Dicen que Dalí ponía un plato de metal en el suelo y luego se sentaba al lado en una silla sosteniendo una cuchara encima del plato. Se relajaba y a veces, en cuanto se empezaba a medio dormir, la cuchara caía, hacía sonar el plato y le despertaba. De esta forma el tiempo de sueño era extremadamente corto y podía rescatar las imágenes que le habían aparecido.

Todos deberíamos poder hacer eso.