Y se araña el alma, una y otra vez, buscando matar la herida que se ha llevado su sonrisa y las ganas de existir. No consigue sanarla, y en ataques de ira la golpea sin parar. "Si no consigo curarla, acabaré con ella" piensa con los ojos cerrados mientras vomita lloros descontrolados.
Se fue la luz.
(Foto: F. Woodman)
lunes, 11 de agosto de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
Su cara de sorpresa y angustia se solapaba al leer cada página de aquel guión. Repasaba los escritos anteriores e intentaba descifrar las virginales cuartillas venideras. Afinaba su vista pero era incapaz de adivinar qué sucedería. Ahora se dedicaba a asumir la desaparición de varios personajes de su historia, ya no compartirán más escenas, o quizá sí; ella aún no lo sabe.
A veces se da por vencida. No saber qué sentir le mata, le consume. Piensa en arrancar las hojas aún no escritas y dar por terminado el guión. Piensa en escribir con detalle cada una de esas páginas, en vencer el pánico al futuro en blanco. Piensa en marcharse lejos y desaparecer. Piensa en esperarle a la salida del trabajo y seguirle hasta casa. Le abraza cada noche aunque él no lo sepa, aunque él no quiera saberla.
El dolor en el pecho se extiende hasta el estómago y encoge su, ahora más frágil, cuerpo. Le duele. Se duelen. Le quiere. Se quieren.
(Foto: Henri Cartier Bresson)
sábado, 26 de julio de 2014
Hay tormenta
Me dedico a matar cucarachas cada día.
Testigos de la mala conciencia.
Insistentes.
Dicen que salen más cuando hay tormenta.
Muchas. Rápidas. Repugnantes.
Y son días de esos.
No hay paraguas invencibles
ni cuerpos impermeables.
Solo puedo esperar que llegue el día
en que no aparezcan,
y el día en que mi cuerpo empapado
retome aquel calor.
(Foto: Francesca Woodman)
domingo, 15 de abril de 2012
domingo, 18 de marzo de 2012

Yo sé estar sola. Yo sé ir a trabajar, volver a casa y no pensar en nadie. Sé hacer que pasen las semanas y no echar de menos. Sé comprar un tomate, una cerveza y una entrada de cine. Yo sé estar sola. Sé pasear dando vueltas sin saber dónde diré "ya he llegado". Sé "sonreír" a quien me dice algo cuando ve que estoy sola. Yo sé no sentir envidia por la gente que pide siete cervezas y brinda. Yo sé no extrañar las conversaciones y no me hacen daño las carcajadas ajenas. Yo sé mirar a los demás y decirles "sí, estoy sola". Yo sé llegar a casa y no contar a nadie que me volvieron a hacer repetir el recetario. Puedo no llamarte si yo quiero. Puedo no esperar que me llames ni me preguntes cómo fue el día. Yo puedo con esto y con mucho más.
¿Yo puedo estar sola?
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