sábado, 21 de febrero de 2015

Se me ha olvidado



1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
3. f. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
4. f. Ret. Ironía viva y picante.

Dicen que es esto...
A mí se me ha olvidado.


(Foto: Francesca Woodman)

lunes, 26 de enero de 2015

No llores...


Rompí todo. Te rasgué. Nos hundí.
Escúpeme en la cara, no pienso cerrar los ojos porque merezco que me duelan, ¿no?

Dale, escupe.
Vomita.
Golpea.
Araña.
Grita.
Vuelve a golpear.
Pero por favor,
no llores.

(Foto: Francesca Woodman)

lunes, 1 de diciembre de 2014

Bajo el agua


Bajo el agua no se siente
porque no se respira...

(Foto: Elena Kalis)

martes, 28 de octubre de 2014

Sensación de opresión en la región torácica o abdominal.



Su angustia intentaba salir
entre arcadas de arrepentimiento
y vomitonas de deseo.

Ni siquiera el ronroneo en la almohada le aliviaba.
Una vez más
su cuerpo encogido se escondía bajo las sábanas
buscando dejar de doler.

No sabe dónde ha perdido su sonrisa,
y tampoco tiene fuerzas de buscarla.

(Foto: Diane Arbus)

martes, 14 de octubre de 2014

Y así cada día.


Ójala dejara de doler tan fuerte. A veces se deja morir, se abandona.
Débil aprieta los ojos, piensa que así, quizá desaparezca.
Y tú sonrías.

Que así, quizá sea mejor.

Se consume.
Y no lo evita.
Lo único que piensa es que así,


quizá sea mejor.


(Foto: Laurence Demaison)

lunes, 11 de agosto de 2014

Y se araña el alma, una y otra vez, buscando matar la herida que se ha llevado su sonrisa y las ganas de existir. No consigue sanarla, y en ataques de ira la golpea sin parar. "Si no consigo curarla, acabaré con ella" piensa con los ojos cerrados mientras vomita lloros descontrolados.

Se fue la luz.

(Foto: F. Woodman)

miércoles, 30 de julio de 2014


Su cara de sorpresa y angustia se solapaba al leer cada página de aquel guión. Repasaba los escritos anteriores e intentaba descifrar las virginales cuartillas venideras. Afinaba su vista pero era incapaz de adivinar qué sucedería. Ahora se dedicaba a asumir la desaparición de varios personajes de su historia, ya no compartirán más escenas, o quizá sí; ella aún no lo sabe.

A veces se da por vencida. No saber qué sentir le mata, le consume. Piensa en arrancar las hojas aún no escritas y dar por terminado el guión. Piensa en escribir con detalle cada una de esas páginas, en vencer el pánico al futuro en blanco. Piensa en marcharse lejos y desaparecer. Piensa en esperarle a la salida del trabajo y seguirle hasta casa. Le abraza cada noche aunque él no lo sepa, aunque él no quiera saberla.

El dolor en el pecho se extiende hasta el estómago y encoge su, ahora más frágil, cuerpo. Le duele. Se duelen. Le quiere. Se quieren. (Foto: Henri Cartier Bresson)