jueves, 27 de octubre de 2011

Con la imaginación suelta



Dicen que Dalí ponía un plato de metal en el suelo y luego se sentaba al lado en una silla sosteniendo una cuchara encima del plato. Se relajaba y a veces, en cuanto se empezaba a medio dormir, la cuchara caía, hacía sonar el plato y le despertaba. De esta forma el tiempo de sueño era extremadamente corto y podía rescatar las imágenes que le habían aparecido.

Todos deberíamos poder hacer eso.