domingo, 6 de abril de 2008


(mía foto)

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Los asesinos siempre están ahí, con sus bártulos colgados entre cuerdas escupidas. Vomitan bonito para los demás, salpicando sus vidas, y yo con capucha librándome tan solo de algunas vomitonas. Estúpida mirando al sol en horizontal, manteniendo los ojos abiertos, porque es bonito, porque duelen. En tu casa he visto hielos de gelatina templados, no se ven si miras el vaso de lado, pero puedes cogerlos si metes los dedos en el agua. Después sécate en mi brazo derecho, ya lo dí antes a torcer y no duele tanto como cuando me aprietas las muñecas. Al igual que cuando comes pepinillos y el vinagre te raspa la garganta, ansia salivada en mi boca; y en la tuya al verme, entre un no de cabeza y un sí de deseo. Asegurada de incendios pero no de cenizas.
En la carretera un cartel indica "sentido" con una flecha a la derecha, alguien lo encontró y decidió decírmelo, pero no creo que el sentido esté allí, ni siquiera creo que lo haya encontrado; estúpido aprendeiz de soñador. Malgasta tus cupones, yo hace tiempo que los rompí. Cuantos cuentos escritos en el aire, aire que huele a quemado, ¿sabes? creo que apretaste demasiado.
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Tener momentos sola, conlleva palabrejas como estas.

2 comentarios:

wofusa dijo...

creo que esculpirlas aun me queda lejos :)

qué sorpresa ver que también vos escribe!
seguiré sus letras
besos

Seth Fortuyn dijo...

Yo cuando estoy solo también escribo. Y estoy solo mucho tiempo.
Creo que con razón: aunque se relaciona indefectiblemente el hecho de ser escritor con la soledad, no es más que una consecuencia lógica.
Por algún motivo, no soporto que haya nadie cerca mientras escribo. Es como si te soplara la nuca un bisonte.
Una entrada original,
Un saludo,
Un sociópata (cualquier parecido con Queen es coincidencia).