domingo, 22 de marzo de 2009



..Se quedaron allí eclipsados con el momento, desafiando al tiempo y dejándose ver. Pero los ojos ajenos no entorpecían su deseo ni sus ganas del otro. Todo era perfecto. Así quedaron inmortalizados..

1 comentario:

Ander dijo...

Aggggggggggggghhh!!!!!! q ilusión, después de tantos años (que diría Ricardo Franco, película que si no has visto, deberías! ) has vuelto a escribir.

Sabes que imagen me ha venido a la cabeza mientras te leía, aquella mítica del final de la segunda guerra mundial en París, creo, donde un soldado agarraba a una chica y la besaba en medio de todo el ir y venir de gente por detrás...

"El beso del Ayuntamineto" por Robert Doisneau

un besete charra!!